Nuestro 28 Congreso Internacional de Ciencias Administrativas es, ante todo, un espacio colaborativo, abierto a la indagación y al descubrimiento; a la creatividad y a la innovación; a la información y a la formación de todos los que de alguna manera hemos participado y continuaremos haciéndolo con entusiasmo a lo largo de las tres intensas jornadas del evento.
Pero el Congreso es, también, una muestra del profundo compromiso de la FCA con el progreso de las Ciencias Administrativas: investigadores, docentes, árbitros, personal administrativo y miembros del Comité Organizador hemos puesto lo mejor de nosotros para lograr un evento sonoro e inclusivo; ético y diverso; responsable y sostenible; local y global, como lo es el universo de las Ciencias Administrativas en todas sus disciplinas y campos de conocimiento.
Dentro de este escenario deseamos dar, ahora de forma virtual, y a la espera de hacerlo personalmente, la más sincera y agradecida bienvenida a todos y cada uno de nuestros invitados: los que vienen de casa y los que han cruzado mares y territorios para compartir con nosotros avances, aplicaciones y teorías de la Administración, la Contaduría, la Informática y los Negocios Internacionales. Nada enriquece más a quien busca la verdad de la Ciencia que socializar el conocimiento propio y aprender del ajeno.
En la transmisión generosa de los saberes se asienta el espíritu de este Congreso que, puedo decirlo con certeza, será altamente exitoso porque en los trabajos de todos y cada uno de ustedes se percibe la calidad, el cuidado y el rigor científico que, desde siempre, ha caracterizado a quienes nos han elegido, año tras año, como foro de presentación de sus esfuerzos investigativos en materia de acercamiento, comprensión y expresión de las organizaciones.
Parece imposible que las Ciencias Administrativas, de alguna forma tan antiguas como el hombre mismo, continúen aún aportando conocimiento de frontera, tan ajeno y, a la vez, tan próximo a los saberes que le dieron origen. Tal vez, por ello, sea que nos apasionen y que hayamos hecho de ellas el centro nuestra vida y de nuestra Facultad. En este sentido, es un privilegio y una oportunidad única, recibirlos, escucharlos aprender de ustedes mientras ustedes aprenden de nosotros. Pasar de ser colegas a ser amigos y, sobre todo, disfrutar en la misma medida de la Ciencia que de quienes la ejercen.
Espero poder saludarlos a todos personalmente en unos pocos días, hasta entonces, sean bienvenidos a nuestra Facultad, que es nuestra casa y, por ello, como solemos decir en México, también es su casa.